Bicentenario del dominio aristócrata criollo o el fin de un mito

Como se ha dicho, muchas veces, la Historia la escriben los victoriosos; no solo los que lo son materialmente sino sus ideólogos y otros a sueldo de aquellos. Sin embargo, dentro del proceso de la evolución económica, social, ideológica y cultural aparecemos quienes no aceptamos la versión histórica, en su interpretación, de esos ideólogos e historiadores del acontecer humano de los pueblos. Porque una cosa es escribir el acontecimiento mediante la investigación en los archivos, en la tradición oral y escrita de los protagonistas del hecho o hechos y otra, muy diferente, su interpretación, es decir, la opinión que se tenga sobre las causas y motivos de los mismos. Quienes no pertenecemos a los sectores dominantes tanto económica como social, cultural y políticamente, nos apartamos de la interpretación oficial que se hace de la Historia por parte de sus ideólogos y de la Academia. No es lo mismo la versión oficial y su interpretación por parte de las Academias de Historia, verdaderos institutos geriátricos, que la que podemos y debemos hacer quienes nos encontramos en otra parte de la estructura económica, social y cultural de los sectores dominantes.