La motivación no sirve sin disciplina (ePub)

Pensé que escribir un libro sería difícil, hasta que llegó la parte de escribir una biografía. En ese momento me di cuenta de que vivimos sin aprender a conocernos, tenemos un conocimiento escaso de nuestras capacidades que nos lleva a dudar de nosotros.
Nací en un pequeño pueblo donde las oportunidades estaban limitadas, los sueños se basaban en trabajar en el campo y descansar, estudiábamos todos juntos desde primer grado a sexta, teníamos que caminar unos 4km para llegar a las que eran nuestras escuelas, un pequeño cuarto con algunas mesas y silla.
Conocí una manzana a los 13 años, en una ocasión donde mi papá compró una para compartir entre mis hermanos y yo. No sabes lo rico que fue, ahora es una de mis frutas favorita.
Solía mirar mucho el cielo, contemplar lo hermoso y azul que era, en ocasiones jugaba en buscar formas en las nubes, me ayudó a crear esa parte imaginativa y de admirar lo hermoso de la creación.
Si me pregunta en qué momento mi mente comenzó a ver más allá, a tener una inspiración de superarse, no sabré responderles, quizás fue esa tarde mientras veía tv con mi mamá. Salió un anuncio de una aerolínea y en ese momento le dije a ella que un día me subiría a un avión.
Años después lloré el día que el avión donde iba estaba por despegar, porque había logrado una meta que para aquel entonces era imposible en mi mente. En ese momento entendí que la felicidad se construye basándote en un propósito que le da sentido a tu vida.
He llorado, reído y cometido muchos errores que han marcado mi vida y me han ido enseñando a verla con otros ojos, en pensar es esos pequeños detalles que dan sentido a todo y la plenitud que se siente cuando aceptas tus fracasos y los utilizas como impulso para seguir.
Creo que todo lo que nos sucede en la vida tiene un propósito, que de lo más malo puede nacer algo muy positivo, tocar fondo es el inicio de algo grandioso, entre más oscuro esté la noche es porque el amanecer está más cerca.
Tan solo sigo aprendido,